Las stablecoins están convirtiéndose en una infraestructura clave en la capa de identidad de Web3. ¿Por qué? Porque el verdadero cuello de botella en la incorporación de usuarios no es la tecnología, sino los costos de entrada y la complejidad de los procesos. Las stablecoins abordan precisamente este problema: reducen los costos de fricción en la autenticación entre cadenas. Desde casos reales, aquellos usuarios que ya han completado la mapeo de identidad suelen ser los primeros en adoptar stablecoins como puente para la interacción entre plataformas. La lógica detrás de esto es muy clara: una vez que la identidad es reutilizable, la liquidez de los activos explotará.