Olvídate de la narrativa de la economía en forma de K. Lo que estamos viendo en realidad es algo más extremo—llámalo la economía en forma de I. Tienes este pequeño punto en la parte superior que está funcionando increíblemente bien, arrasando en todos los aspectos. Luego está el resto del mercado representado por esa larga línea vertical, que va a paso lento y apenas mantiene su posición. La brecha entre los ganadores y todos los demás ya no se está ampliando; se ha convertido en un abismo. Este tipo de concentración extrema tiene graves implicaciones para la asignación de activos y la gestión del riesgo en mercados volátiles.