Durante dos años, experimenté tres impactos de la subida de tasas en Japón, con una pérdida total de beneficios de 14 millones. Esta "tasa de aprendizaje" me convirtió de un inversor agresivo con grandes posiciones en un defensor cauteloso de la gestión de riesgos.

La primera subida de tasas fue a finales de julio y principios de agosto del año pasado, cuando una plataforma líder liquidó directamente órdenes largas de 60 mil U y 42 mil U, y otra de 30 mil U tampoco escapó. En ese momento, el capital de la cuenta era abundante y las posiciones pesadas, así que no presté atención a las fluctuaciones, viajé por ahí y no le di importancia a esas pérdidas — después de todo, el capital invertido en 2022 ya había sido retirado en octubre de 2023. Luego, justo antes de que Trump asumiera, intenté hacer una compra en el nivel cercano a 65850, y vendí cuando superé los 100 mil, recuperando poco a poco las pérdidas de agosto.

El golpe real vino a principios de febrero de este año con la segunda subida de tasas. Cuando se anunció a finales de enero, todo estaba tranquilo y no le presté mucha atención. Pero, de repente, la mañana del 3 de febrero, comenzaron a pinchar fuerte, y al aterrizar en Bangkok, vi la pesadilla: ETH cayó casi mil puntos en un instante, desde 2100 hasta cerca de 2080, y las posiciones largas en ETH basadas en moneda se evaporaron en un instante. Las órdenes largas en BTC y SOL por decenas de miles de U también fueron liquidada forzosamente, y todo el mercado se convirtió en un río de sangre. Entre febrero y abril, con una caída unidireccional, logré recuperarme lentamente haciendo cortos.

Después de abril, una serie de dificultades surgieron una tras otra. En un momento, seguí consejos conservadores, planeando responder con discreción en 2025 y buscar oportunidades en 2026. Por eso, en la segunda mitad del año, casi no participé con fondos.

El golpe de las dos subidas de tasas me enseñó una lección dolorosa: la gestión de riesgos vale mucho más que las ganancias agresivas. Antes de esto, nunca revisaba mis operaciones, y cuando veía una tendencia alcista, perseguía con todo. La factura de esa experiencia en el mercado fue realmente costosa. Ahora, ante la tercera subida de tasas en Japón, empecé a prepararme más de un mes antes, con una estrategia completamente diferente: primero, prepararme para una carrera con grandes fondos, y al mismo tiempo, proteger mis posiciones sensibles.

Estas tres subidas de tasas me han enseñado una verdad: no todas las subidas valen la pena perseguir, y no todas las caídas se pueden soportar. Los verdaderos expertos no son los que ganan más, sino los que sobreviven más tiempo.