En los últimos años, ha habido un fenómeno especialmente evidente: los bancos centrales de todo el mundo están comprando oro a toda prisa. Los datos de la Asociación Mundial del Oro muestran que los bancos centrales de varios países han mantenido un ritmo de compra de oro durante varios trimestres consecutivos, con una escala y una continuidad que han dado un impulso fuerte al mercado del oro.

¿Por qué los bancos centrales valoran tanto el oro? En primer lugar, por la protección contra riesgos. Piensa, ahora la economía global está desacelerándose y la situación geopolítica es tan compleja, las monedas respaldadas por crédito como el dólar y el euro están empezando a tambalearse en su estabilidad. El oro es diferente: no tiene riesgo de crédito en sí mismo y puede cubrir eficazmente la devaluación de la moneda y la presión inflacionaria. Para los bancos centrales, esto es una asignación imprescindible al construir reservas de divisas.

En segundo lugar, la posición relativa del dólar está disminuyendo. Durante mucho tiempo, el dólar ha sido la principal moneda de reserva mundial, pero el problema es que —en los últimos años— la política monetaria de EE. UU. se ha vuelto muy volátil, con cambios frecuentes en las tasas de interés, lo que ha generado riesgos reales para las reservas de divisas de los países. Por ello, muchos países han comenzado a ajustar sus estrategias, aumentando la proporción de oro y reduciendo su dependencia del dólar, con la intención de hacer que sus activos de reserva sean más seguros y estables.

Otra perspectiva es la liquidación del comercio internacional. En algunas regiones con conflictos geopolíticos, los canales de liquidación en dólares están limitados, y la función de pago del oro se ha reactivado. Los bancos centrales también han llegado a comprender que acumular oro no solo puede preservar su valor, sino que también puede garantizar el funcionamiento normal del comercio internacional en tiempos especiales.

Esta tendencia de compra de oro por parte de los bancos centrales continúa, y proporciona un soporte favorable a largo plazo para los precios del oro.