Construir una red de datos humanos requiere replantearse lo que importa más. En lugar de perseguir un crecimiento de usuarios a corto plazo mediante recompensas únicas, el enfoque debe estar en cultivar relaciones genuinas y continuas con usuarios reales que encuentren utilidad real en la plataforma.

Este enfoque de infraestructura de identidad pone a las personas en el centro. No se trata de extraer valor de los datos de los usuarios, sino de crear sistemas donde los individuos mantengan el control y obtengan beneficios significativos de su participación. Cuando los usuarios integran verdaderamente las soluciones de identidad en sus flujos de trabajo diarios, es cuando emergen efectos de red auténticos.

La distinción es crucial: los proyectos construidos sobre incentivos temporales tienden a hacer que los usuarios desaparezcan una vez que las recompensas se agotan. En cambio, las plataformas ancladas en ofrecer utilidad central y respetar la agencia del usuario fomentan comunidades que se sostienen de manera orgánica. Esa es la base para escalar una red de datos centrada en el ser humano, donde la participación surge de la creación de valor genuino en lugar de mecánicas artificiales.