Las diferencias clave en el sector de las monedas de privacidad a menudo son pasadas por alto.

Para determinar si un protocolo de privacidad es realmente competitivo, no basta con que tenga funciones de privacidad. La verdadera línea divisoria radica en si los usuarios están protegidos por defecto en un entorno de privacidad o si deben activar manualmente el modo de privacidad.

Proyectos como Zcash, en esencia, se diferencian en esto. Privacidad por defecto versus privacidad opcional, parece una diferencia de una palabra, pero en realidad determina la experiencia del usuario, los hábitos de transacción e incluso la dirección del desarrollo de todo el ecosistema. Una vez que los usuarios necesitan activar manualmente la función de privacidad, la tasa de uso disminuye drásticamente — así es la naturaleza humana.

Por eso algunos proyectos de monedas de privacidad nunca logran romper el techo. Por muy avanzada que sea la tecnología, si la privacidad no se convierte en el estado predeterminado, al final seguirán siendo herramientas para un público reducido.