¿Las metales preciosas en la antesala de 2026... ¿Superarán la barrera de los 5,000 dólares?

El año 2025 ha registrado una trayectoria alcista récord para el metal amarillo, alcanzando la barrera de 4300 dólares por onza en octubre antes de retroceder hacia los 4000 dólares con la entrada del otoño, pero esta volatilidad no ha debilitado las perspectivas del metal, sino que ha generado un intenso debate sobre la posibilidad de superar los 5000 dólares durante la primera mitad de 2026. Este impulso alcista continuo refleja un cambio fundamental en la percepción de los inversores globales hacia el oro, que ya no se ve como una herramienta de especulación pasajera, sino como un refugio estratégico en un mundo lleno de volatilidades y riesgos.

Factores económicos clave y demanda en aumento

El precio medio del oro en 2025 fue de aproximadamente 3455 dólares por onza, gracias principalmente al aumento en la demanda de inversión, que alcanzó niveles récord no vistos en años. Datos del Consejo Mundial del Oro muestran que la demanda total en el segundo trimestre fue de 1249 toneladas, un aumento del 3% interanual, mientras que el valor total subió un 45% hasta 132 mil millones de dólares.

Los fondos cotizados en bolsa de oro experimentaron flujos de capital masivos, con activos gestionados que alcanzaron los 472 mil millones de dólares y participaciones que llegaron a 3838 toneladas, acercándose al máximo histórico de 3929 toneladas. Esta afluencia institucional refleja un cambio en el mapa de las inversiones, especialmente con aproximadamente el 28% de los nuevos inversores en mercados desarrollados que adquirieron oro por primera vez en sus carteras.

Oferta limitada y costos de producción en aumento

Por otro lado, la producción real no ha seguido el ritmo de esta demanda creciente. La producción minera en el primer trimestre de 2025 fue de 856 toneladas, con un aumento marginal del 1% interanual, profundizando la brecha entre oferta y demanda, especialmente con una disminución del 1% en el oro reciclado, ya que los tenedores prefirieron mantener sus posesiones esperando mayores aumentos.

A esto se suman los desafíos operativos difíciles que enfrenta el sector minero global, con un costo medio de extracción que alcanzó aproximadamente 1470 dólares por onza, según un informe de Fitch Solutions, el nivel más alto en una década, lo que implica que la expansión de la producción seguirá siendo limitada y costosa, apoyando la probabilidad de un continuo aumento en los precios en 2026.

Bancos centrales: el mayor comprador estratégico

La compra por parte de los bancos centrales es el factor principal que sostiene los precios del oro de forma constante. Solo en el primer trimestre de 2025, estos bancos adquirieron 244 toneladas, un aumento del 24% respecto al promedio trimestral de los cinco años anteriores. Más importante aún, el 44% de los bancos centrales en todo el mundo gestionan ahora reservas en oro, en comparación con el 37% del año anterior, lo que indica una tendencia global creciente hacia la diversificación de las reservas lejos del dólar.

China, Turquía e India lideran esta tendencia, con el Banco Popular de China agregando 65 toneladas y continuando con compras por vigésimo segundo mes consecutivo, mientras que las reservas de Turquía aumentaron a 600 toneladas. Los analistas esperan que estas compras centrales sigan siendo el principal motor de la demanda hasta finales de 2026, especialmente en mercados emergentes que buscan proteger sus monedas locales.

Políticas monetarias y tasas de interés estadounidenses

La Reserva Federal redujo la tasa de interés en 25 puntos básicos en octubre de 2025, llevándola a un rango de 3.75-4.00%, siendo esta la segunda reducción desde diciembre de 2024. La orientación acompañante indica la posibilidad de recortes adicionales si el mercado laboral se debilita o si la economía desacelera.

Actualmente, los mercados descuentan una nueva reducción de 25 puntos básicos en la reunión de diciembre de 2025, lo que implica tres recortes completos desde principios de año. Las expectativas de BlackRock sugieren que la Fed podría apuntar a una tasa del 3.4% para finales de 2026 en un escenario moderado, y esta disminución en la tasa de interés real reduce el costo de oportunidad de invertir en oro, que no genera rendimientos, aumentando su atractivo.

Deuda soberana y presiones inflacionarias persistentes

La deuda pública mundial superó el 100% del PIB según el Fondo Monetario Internacional, lo que ha generado profundas preocupaciones sobre la sostenibilidad de las políticas fiscales, impulsando a los inversores a buscar refugios seguros que protejan del deterioro del poder adquisitivo. El Banco Mundial estimó que el aumento en los precios del oro del 35% en 2025 podría revertirse en 2026 a medida que disminuyen las presiones inflacionarias, aunque los precios seguirán siendo históricamente altos.

Datos de Bloomberg Economics muestran que aproximadamente el 42% de los fondos de cobertura más grandes aumentaron sus posiciones en oro en el tercer trimestre de 2025, reflejando un reconocimiento generalizado del papel del metal en la protección de carteras frente a riesgos financieros a largo plazo.

Tensiones geopolíticas y su impacto continuo

La demanda de oro creció un 7% anual en 2025 debido a la incertidumbre geopolítica, con los grandes fondos buscando cobertura contra riesgos en mercados emergentes y volatilidad en el suministro energético. Cuando las tensiones en torno al estrecho de Taiwán aumentaron en julio, los precios spot subieron a 3400 dólares, y con la persistencia de la incertidumbre global, los precios superaron los 4300 dólares a mediados de octubre.

Este comportamiento histórico demuestra que cualquier nueva conmoción geopolítica en 2026 podría impulsar al oro a niveles récord, por lo que los inversores deben monitorear cuidadosamente la situación mundial.

Debilidad del dólar y rendimientos reales

El índice del dólar cayó aproximadamente un 7.64% desde su pico a principios de 2025 hasta el 21 de noviembre, influenciado por las expectativas de recortes en las tasas y una economía en desaceleración. Al mismo tiempo, los rendimientos de los bonos estadounidenses a 10 años bajaron del 4.6% en el primer trimestre al 4.07% a finales de noviembre.

Esta doble caída ayudó a fortalecer la demanda institucional de oro, ya que los inversores buscan equilibrar sus carteras alejándose de activos denominados en dólares. Los analistas del sector consideran que la continuidad de esta tendencia podría respaldar las expectativas de precios del oro en 2026, especialmente si los rendimientos reales se mantienen cerca del 1.2%, lo que podría mantener al metal en una trayectoria alcista sostenida.

Pronósticos de los principales analistas para 2026

Las previsiones de bancos e instituciones financieras de gran tamaño apuntan a niveles ambiciosos para el próximo año:

HSBC espera que el oro alcance los 5000 dólares por onza en la primera mitad de 2026, con un promedio anual de 4600 dólares, frente a un promedio de 3455 dólares en 2025.

Bank of America elevó su pronóstico a 5000 dólares como pico potencial, con un promedio de 4400 dólares, aunque advirtió sobre una posible corrección a corto plazo si se comienzan a tomar ganancias.

Goldman Sachs ajustó su previsión a 4900 dólares por onza, señalando flujos más fuertes hacia fondos cotizados y compras continuas por parte de bancos centrales.

J.P. Morgan prevé que el oro alcance los 5055 dólares a mediados de 2026.

El rango más común entre los analistas oscila entre 4800 y 5000 dólares como pico, y un promedio entre 4200 y 4800 dólares.

Pronósticos de precios en Oriente Medio

La región ha visto un aumento notable en reservas de oro, con el banco central egipcio agregando una tonelada y el banco qatarí 3 toneladas en el primer trimestre de 2025.

Basándose en las previsiones globales:

  • En Egipto, el precio del oro podría llegar a aproximadamente 522,580 libras egipcias por onza, un aumento del 158.46% respecto a los precios actuales.
  • En Arabia Saudita, podría acercarse a 18750 a 19000 riales saudíes por onza (si se cumple el nivel de 5000 dólares).
  • En Emiratos Árabes Unidos, podría alcanzar aproximadamente 18375 a 19000 dirhams por onza.

Recordando que estas estimaciones son aproximadas y dependen de la estabilidad en los tipos de cambio y la continuidad de la demanda global.

Riesgos: ¿cuándo podría ocurrir una corrección?

A pesar del optimismo, HSBC señaló la posibilidad de una corrección hacia 4200 dólares en la segunda mitad de 2026 si los inversores deciden tomar ganancias, aunque descartó una caída por debajo de 3800 dólares a menos que ocurra un gran shock económico.

Goldman Sachs advirtió que los precios por encima de 4800 dólares podrían experimentar una “prueba de credibilidad de precios”, es decir, una prueba de la capacidad del oro para mantener niveles elevados en medio de una demanda industrial débil.

No obstante, los analistas de J.P. Morgan y Deutsche Bank coinciden en que el metal ha entrado en una nueva zona de precios difícil de romper a la baja, gracias a un cambio estratégico en la percepción de los inversores a largo plazo.

Análisis técnico: la situación actual

El oro cerró el 21 de noviembre de 2025 en 4065 dólares por onza, tras alcanzar su máximo en 4381 dólares el 20 de octubre. El precio rompió la línea de tendencia alcista en el marco diario, pero se mantiene firme en la línea de tendencia principal que conecta los mínimos en torno a 4050 dólares.

El soporte fuerte se encuentra en 4000 dólares, con primeras resistencias en 4200 dólares, luego en 4400 y 4680 dólares. El RSI se mantiene en el nivel 50, indicando un mercado neutral con presiones de compra y venta equilibradas, mientras que el MACD confirma que la tendencia general sigue siendo alcista.

Se espera que, en el corto plazo, el precio continúe operando en un rango entre 4000 y 4220 dólares, manteniendo una perspectiva positiva mientras se mantenga por encima de la línea de tendencia principal.

Conclusión y visión futura

Las previsiones de precios del oro para 2026 apuntan a un futuro positivo para el metal precioso, especialmente con el fin del ciclo de sobrecalentamiento monetario y la entrada de la economía global en una fase de desaceleración. El mercado podría experimentar una lucha entre la toma de ganancias y nuevas compras por parte de instituciones y bancos centrales.

Si las tasas de interés reales continúan bajando y el dólar se mantiene débil, el oro podría registrar nuevos máximos históricos cercanos a los 5000 dólares. Por otro lado, si la inflación se reduce drásticamente y la confianza en los mercados se restablece, el metal podría entrar en una fase de estabilización a largo plazo que impida alcanzar estos niveles ambiciosos.

Los inversores siguen de cerca los eventos económicos y geopolíticos mundiales, ya que los precios del oro permanecen altamente sensibles a cualquier desarrollo en la escena internacional.

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