¿La subida de tasas del yen japonés en realidad provoca una gran depreciación? El mercado apuesta a un "juego psicológico" de 5,000 millones de dólares
Fenómeno muy mágico: los bancos centrales suben las tasas, pero la moneda se deprecia
El pasado viernes, el Banco de Japón anunció una subida de tasas hasta 0.75%, alcanzando un máximo en 30 años, y los inversores pensaron que el yen subiría en respuesta. ¿Y qué pasó? El USD/JPY en cambio rompió los 157.4, y el yen siguió cayendo. La opinión en Wall Street es muy clara: no creen que te atrevas a subir las tasas de manera realmente agresiva.
Según estimaciones de Morgan Stanley, aún hay alrededor de 5,000 millones de dólares en posiciones abiertas de arbitraje en yenes sin cerrar. Estos fondos toman prestados yenes baratos en Japón y los invierten en acciones tecnológicas en EE. UU., en el mercado de India y en criptomonedas. La lógica es simple: incluso si Japón sube las tasas a 0.75%, el diferencial con EE. UU. por encima del 4.5% sigue siendo demasiado atractivo. El mercado apuesta a que el próximo aumento de tasas del banco central no llegará hasta junio de 2026, por lo que en el corto plazo el yen no se apreciará rápidamente y las operaciones de arbitraje seguirán en marcha.
Las criptomonedas se han convertido en el “alcanal de liquidez”
La reacción más sensible ocurrió en el mercado de criptomonedas. Tras el anuncio de la subida de tasas, Bitcoin cayó rápidamente desde más de 91,000 dólares hasta rondar los 88,500 dólares, con una caída de casi el 3% en un solo día. Según datos de CryptoQuant, las últimas tres veces que el Banco de Japón subió las tasas, Bitcoin experimentó retrocesos del 20% al 30%. Si la historia se repite y las posiciones de arbitraje en yenes se cierran en las próximas semanas, los 70,000 dólares podrían convertirse en una línea de defensa clave. Es importante destacar que los datos en tiempo real muestran que Bitcoin ya ha bajado a $87.41K, con una caída del 0.54%.
El mercado de bonos de EE. UU. insinúa problemas mayores
Más allá de la volatilidad del tipo de cambio, lo que merece mayor atención es el aumento en los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU. Tras la subida de tasas, los inversores institucionales japoneses (uno de los mayores tenedores de bonos del Tesoro) empiezan a considerar una “reversión de fondos”. La rentabilidad del bono a 10 años en EE. UU. subió la semana pasada hasta el 4.14%, y este fenómeno de “curva de rendimiento en forma de oso” indica que: el aumento en las tasas a largo plazo no se debe a una economía sobrecalentada, sino a que los mayores compradores están empezando a retirarse. ¿La consecuencia directa? Los costes de financiación para las empresas estadounidenses aumentan, lo que ejerce una presión invisible sobre las valoraciones del mercado bursátil en 2026.
Y el efecto de la correlación en la rentabilidad de los bonos a 10 años en Japón está impulsando una reevaluación global de los activos. Cuando la decisión de subir tasas del Banco de Japón empieza a transmitirse a los mercados de bonos mundiales, el modelo económico de las operaciones de arbitraje se vuelve cada vez más frágil.
2026: una carrera por las tasas está a punto de comenzar
De cara al próximo año, los ganadores del mercado dependerán de quién corra más rápido: la reducción de tasas de la Reserva Federal o la subida de tasas del Banco de Japón.
Escenario uno (precio actual del mercado): La Fed reduce lentamente hasta el 3.5%, el Banco de Japón mantiene su política, el diferencial de tasas sigue siendo atractivo, y tanto las acciones estadounidenses como las japonesas ganan, mientras el dólar mantiene más de 150 yenes.
Escenario dos (advertencia de alto riesgo): La inflación en EE. UU. rebota, la inflación en Japón se descontrola, y los bancos centrales se ven obligados a subir las tasas rápidamente. La diferencia de tasas se estrecha en un instante, los 5,000 millones de dólares en arbitraje huyen en estampida, el yen se dispara a 130, y los activos de riesgo global colapsan.
Goldman Sachs advierte que si el USD/JPY rompe la barrera psicológica de 160, el gobierno japonés podría intervenir, y esa volatilidad artificial podría desencadenar una ola de desleveraging.
Tres indicadores de riesgo que hay que vigilar de cerca
Línea de protección en 160: Si USD/JPY alcanza los 160, el riesgo de intervención es muy alto. No es momento de comprar yenes.
Soporte en 85,000 dólares: Las criptomonedas se han convertido en el principal indicador de liquidez global. Si Bitcoin cae por debajo de 85,000 dólares, significa que los inversores institucionales están retirando liquidez de los activos de mayor riesgo — lo cual suele ser un presagio de que se inicia un ciclo de aversión al riesgo.
Cambios en el rendimiento real de los bonos del Tesoro: Con el aumento en los costes de financiación, el dinero se desplazará en masa desde acciones tecnológicas sobrevaloradas y con bajos flujos de caja hacia sectores defensivos como la industria, el consumo básico y la salud. La velocidad de esta rotación refleja directamente la confianza del mercado en las políticas de la Reserva Federal.
La situación actual es muy clara: el mercado está eligiendo hacer oídos sordos selectivamente, apostando colectivamente a que el Banco de Japón no tendrá el valor de subir más las tasas. Pero cuando la realidad golpee, los 5,000 millones de dólares en arbitraje ¿cuán rápido huirán? Nadie puede decirlo con certeza.
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¿La subida de tasas del yen japonés en realidad provoca una gran depreciación? El mercado apuesta a un "juego psicológico" de 5,000 millones de dólares
Fenómeno muy mágico: los bancos centrales suben las tasas, pero la moneda se deprecia
El pasado viernes, el Banco de Japón anunció una subida de tasas hasta 0.75%, alcanzando un máximo en 30 años, y los inversores pensaron que el yen subiría en respuesta. ¿Y qué pasó? El USD/JPY en cambio rompió los 157.4, y el yen siguió cayendo. La opinión en Wall Street es muy clara: no creen que te atrevas a subir las tasas de manera realmente agresiva.
Según estimaciones de Morgan Stanley, aún hay alrededor de 5,000 millones de dólares en posiciones abiertas de arbitraje en yenes sin cerrar. Estos fondos toman prestados yenes baratos en Japón y los invierten en acciones tecnológicas en EE. UU., en el mercado de India y en criptomonedas. La lógica es simple: incluso si Japón sube las tasas a 0.75%, el diferencial con EE. UU. por encima del 4.5% sigue siendo demasiado atractivo. El mercado apuesta a que el próximo aumento de tasas del banco central no llegará hasta junio de 2026, por lo que en el corto plazo el yen no se apreciará rápidamente y las operaciones de arbitraje seguirán en marcha.
Las criptomonedas se han convertido en el “alcanal de liquidez”
La reacción más sensible ocurrió en el mercado de criptomonedas. Tras el anuncio de la subida de tasas, Bitcoin cayó rápidamente desde más de 91,000 dólares hasta rondar los 88,500 dólares, con una caída de casi el 3% en un solo día. Según datos de CryptoQuant, las últimas tres veces que el Banco de Japón subió las tasas, Bitcoin experimentó retrocesos del 20% al 30%. Si la historia se repite y las posiciones de arbitraje en yenes se cierran en las próximas semanas, los 70,000 dólares podrían convertirse en una línea de defensa clave. Es importante destacar que los datos en tiempo real muestran que Bitcoin ya ha bajado a $87.41K, con una caída del 0.54%.
El mercado de bonos de EE. UU. insinúa problemas mayores
Más allá de la volatilidad del tipo de cambio, lo que merece mayor atención es el aumento en los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU. Tras la subida de tasas, los inversores institucionales japoneses (uno de los mayores tenedores de bonos del Tesoro) empiezan a considerar una “reversión de fondos”. La rentabilidad del bono a 10 años en EE. UU. subió la semana pasada hasta el 4.14%, y este fenómeno de “curva de rendimiento en forma de oso” indica que: el aumento en las tasas a largo plazo no se debe a una economía sobrecalentada, sino a que los mayores compradores están empezando a retirarse. ¿La consecuencia directa? Los costes de financiación para las empresas estadounidenses aumentan, lo que ejerce una presión invisible sobre las valoraciones del mercado bursátil en 2026.
Y el efecto de la correlación en la rentabilidad de los bonos a 10 años en Japón está impulsando una reevaluación global de los activos. Cuando la decisión de subir tasas del Banco de Japón empieza a transmitirse a los mercados de bonos mundiales, el modelo económico de las operaciones de arbitraje se vuelve cada vez más frágil.
2026: una carrera por las tasas está a punto de comenzar
De cara al próximo año, los ganadores del mercado dependerán de quién corra más rápido: la reducción de tasas de la Reserva Federal o la subida de tasas del Banco de Japón.
Escenario uno (precio actual del mercado): La Fed reduce lentamente hasta el 3.5%, el Banco de Japón mantiene su política, el diferencial de tasas sigue siendo atractivo, y tanto las acciones estadounidenses como las japonesas ganan, mientras el dólar mantiene más de 150 yenes.
Escenario dos (advertencia de alto riesgo): La inflación en EE. UU. rebota, la inflación en Japón se descontrola, y los bancos centrales se ven obligados a subir las tasas rápidamente. La diferencia de tasas se estrecha en un instante, los 5,000 millones de dólares en arbitraje huyen en estampida, el yen se dispara a 130, y los activos de riesgo global colapsan.
Goldman Sachs advierte que si el USD/JPY rompe la barrera psicológica de 160, el gobierno japonés podría intervenir, y esa volatilidad artificial podría desencadenar una ola de desleveraging.
Tres indicadores de riesgo que hay que vigilar de cerca
Línea de protección en 160: Si USD/JPY alcanza los 160, el riesgo de intervención es muy alto. No es momento de comprar yenes.
Soporte en 85,000 dólares: Las criptomonedas se han convertido en el principal indicador de liquidez global. Si Bitcoin cae por debajo de 85,000 dólares, significa que los inversores institucionales están retirando liquidez de los activos de mayor riesgo — lo cual suele ser un presagio de que se inicia un ciclo de aversión al riesgo.
Cambios en el rendimiento real de los bonos del Tesoro: Con el aumento en los costes de financiación, el dinero se desplazará en masa desde acciones tecnológicas sobrevaloradas y con bajos flujos de caja hacia sectores defensivos como la industria, el consumo básico y la salud. La velocidad de esta rotación refleja directamente la confianza del mercado en las políticas de la Reserva Federal.
La situación actual es muy clara: el mercado está eligiendo hacer oídos sordos selectivamente, apostando colectivamente a que el Banco de Japón no tendrá el valor de subir más las tasas. Pero cuando la realidad golpee, los 5,000 millones de dólares en arbitraje ¿cuán rápido huirán? Nadie puede decirlo con certeza.