El precio del cobre actualmente oscila en torno a $8500/tonelada, ¿qué significa esto para los inversores? En pocas palabras, la tensión en la oferta combinada con la recuperación de la demanda hace que la recomendación de acciones de cobre aumente claramente.
Lado de la oferta: expansión minera aún lejana
Primero, un hecho impactante: la oferta mundial de cobre está concentrada en unos pocos países. Chile representa el 27%, Perú el 11%, la República Democrática del Congo el 7%, y los demás países comparten el 55% restante. El año pasado, la producción mundial de cobre fue de 31,6 millones de toneladas, pero lo preocupante es que no hay planes importantes de expansión en marcha en toda la industria.
¿Y por qué? Porque construir una mina de escala requiere años, y las empresas no quieren arriesgarse. Esto ha llevado a un fenómeno clave: los inventarios de cobre en la Bolsa de Metales de Londres (LME) están en niveles bajos. Según la experiencia histórica, cuanto menores sean los inventarios, mayor será la presión sobre los precios.
En 2023, varias minas principales enfrentaron eventos de reducción de producción, y hasta ahora no se han recuperado completamente. Sumado a la temporada baja tradicional por las vacaciones del Año Nuevo chino (que suele ser a mediados de febrero), los inventarios subirán primero, pero se espera que continúen bajando después de marzo. Esto crea una base sólida para el aumento del precio del cobre.
Lado de la demanda: las energías renovables son el verdadero motor
El crecimiento del consumo de cobre en los sectores tradicionales es solo del 0,5%-1,5% anual. Pero en las energías renovables, eso es otra historia.
Un coche eléctrico usa cuatro veces más cobre que uno de combustión interna. La generación eólica requiere 1 tonelada de cobre por megavatio, y la fotovoltaica necesita 4 toneladas por megavatio. La tasa de crecimiento anual de estas industrias emergentes está entre el 10% y el 20%.
Aunque actualmente las energías renovables representan solo el 7% del consumo global de cobre (284 mil toneladas frente a las 2880 mil toneladas en aplicaciones tradicionales), la tendencia de crecimiento es muy clara. A ese ritmo, para 2030, el consumo de cobre en energías renovables se duplicará, alcanzando aproximadamente el 17%.
La economía global está en una fase de recuperación. La Reserva Federal de EE. UU. prevé comenzar a reducir las tasas de interés en marzo, Europa en junio, y China ya redujo el requisito de reservas en enero. Esta liberación de liquidez impulsará las expectativas de crecimiento general y, en consecuencia, elevará los commodities.
Acciones de cobre vs ETF de cobre vs futuros: ¿cómo deben invertir los inversores?
Las empresas mineras de cobre (como Freeport-McMoRan, Southern Copper) tienen una correlación de aproximadamente el 80% con el precio del cobre. La ventaja es que pagan dividendos, recompran acciones y se benefician de la innovación y el control de costos. La desventaja es que pueden fluctuar por factores no relacionados con el precio, como huelgas, aumentos fiscales o fallos técnicos.
Los ETF de cobre (hay 7 opciones en el mercado) siguen más de cerca el precio spot y no tienen el riesgo operativo de una sola empresa. Pero tienen una tasa anual de aproximadamente el 1% y no distribuyen dividendos. Para inversores que buscan una exposición estable y de seguimiento, son una buena opción intermedia.
Los futuros de cobre tienen un tamaño de contrato de $9600, lo cual puede ser demasiado pesado para los pequeños inversores. Además, los futuros llevan apalancamiento, lo que implica un riesgo muy alto, y solo son recomendables para cubrir posiciones existentes, no para hacer compras directas por parte de inversores minoristas.
En general, la recomendación de acciones de cobre es la más alta: ofrecen potencial de subida de precios y la posibilidad de beneficiarse del valor empresarial adicional.
Manual de inversión
Los inversores a largo plazo deberían buscar empresas con fundamentos sólidos, buena gestión de costos y carteras diversificadas. Pero hay que entender que: el cobre es un activo cíclico, no una acción de crecimiento. En épocas de recesión (como en 2008, 2020 con la pandemia, o en 2022 con el conflicto en Ucrania), las acciones de cobre caerán junto con el mercado.
Recomendaciones:
Asignar entre el 5% y el 10% del portafolio total
Establecer niveles de stop-loss con anticipación
Seguir los ciclos macroeconómicos globales, entrar en la fase de recuperación temprana y reducir posiciones cuando la economía esté sobrecalentada
Los traders a corto plazo necesitan habilidades avanzadas de análisis técnico. La estrategia principal es seguir los datos de inventarios en la LME y las señales de crecimiento global, operando en la tendencia. La relación entre Freeport-McMoRan y el precio del cobre es la más alta, por lo que es la opción preferida para operaciones cortas.
Principio clave: las ganancias esperadas deben ser iguales o mayores que el stop-loss, y la tasa de éxito debe ser superior al 50%. Esto requiere un monitoreo constante del mercado.
Apoyo macroeconómico: ¿por qué el cobre será fuerte en 2024-2025?
El mundo está dejando atrás la era de altas tasas y bajo crecimiento. La probabilidad de que EE. UU. evite una recesión es alta, Europa, aunque con crecimiento débil, no colapsará, y China, con apoyo de políticas, mantiene un crecimiento del 4%-5%.
El ciclo de reducción de tasas generalmente impulsa un rebote en los commodities. Sumado a que los inventarios están en mínimos, la demanda acelerada de energías renovables y la dificultad de ampliar rápidamente la oferta minera, la probabilidad de que el precio del cobre suba a la banda de $9500-10500 (actualmente con un potencial de subida del 24%) es bastante alta.
Por supuesto, existen riesgos: shocks inflacionarios imprevistos, escaladas en conflictos geopolíticos u otros eventos tipo “cisne negro” que puedan alterar el ritmo. Pero, en base a los fundamentos actuales, estos riesgos son relativamente controlables.
Lista de acciones
Al seleccionar acciones, usa herramientas de análisis fundamental (los datos gratuitos de Macrotrends son útiles), enfocándote en la curva de costos, la calidad de las reservas y la diversificación. También revisa los últimos anuncios en las páginas de relaciones con inversores de las empresas.
En gestión de cartera, establece niveles claros de stop-loss y evita confiar en la suerte. Revisa periódicamente los datos macroeconómicos globales y los inventarios de la LME para ajustar tus posiciones.
En el escenario actual, la recomendación de acciones de cobre no solo se basa en la oportunidad de rebote a corto plazo, sino también en la importancia estratégica del cobre en la era de las energías renovables en la próxima década. Pero siempre con una gestión de riesgos adecuada, evitando una concentración excesiva, para que esta oportunidad cíclica se convierta en una fuente de beneficios sostenibles.
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Inversión en acciones de cobre en 2024: ¿Por qué ahora es un buen momento para entrar?
El precio del cobre actualmente oscila en torno a $8500/tonelada, ¿qué significa esto para los inversores? En pocas palabras, la tensión en la oferta combinada con la recuperación de la demanda hace que la recomendación de acciones de cobre aumente claramente.
Lado de la oferta: expansión minera aún lejana
Primero, un hecho impactante: la oferta mundial de cobre está concentrada en unos pocos países. Chile representa el 27%, Perú el 11%, la República Democrática del Congo el 7%, y los demás países comparten el 55% restante. El año pasado, la producción mundial de cobre fue de 31,6 millones de toneladas, pero lo preocupante es que no hay planes importantes de expansión en marcha en toda la industria.
¿Y por qué? Porque construir una mina de escala requiere años, y las empresas no quieren arriesgarse. Esto ha llevado a un fenómeno clave: los inventarios de cobre en la Bolsa de Metales de Londres (LME) están en niveles bajos. Según la experiencia histórica, cuanto menores sean los inventarios, mayor será la presión sobre los precios.
En 2023, varias minas principales enfrentaron eventos de reducción de producción, y hasta ahora no se han recuperado completamente. Sumado a la temporada baja tradicional por las vacaciones del Año Nuevo chino (que suele ser a mediados de febrero), los inventarios subirán primero, pero se espera que continúen bajando después de marzo. Esto crea una base sólida para el aumento del precio del cobre.
Lado de la demanda: las energías renovables son el verdadero motor
El crecimiento del consumo de cobre en los sectores tradicionales es solo del 0,5%-1,5% anual. Pero en las energías renovables, eso es otra historia.
Un coche eléctrico usa cuatro veces más cobre que uno de combustión interna. La generación eólica requiere 1 tonelada de cobre por megavatio, y la fotovoltaica necesita 4 toneladas por megavatio. La tasa de crecimiento anual de estas industrias emergentes está entre el 10% y el 20%.
Aunque actualmente las energías renovables representan solo el 7% del consumo global de cobre (284 mil toneladas frente a las 2880 mil toneladas en aplicaciones tradicionales), la tendencia de crecimiento es muy clara. A ese ritmo, para 2030, el consumo de cobre en energías renovables se duplicará, alcanzando aproximadamente el 17%.
La economía global está en una fase de recuperación. La Reserva Federal de EE. UU. prevé comenzar a reducir las tasas de interés en marzo, Europa en junio, y China ya redujo el requisito de reservas en enero. Esta liberación de liquidez impulsará las expectativas de crecimiento general y, en consecuencia, elevará los commodities.
Acciones de cobre vs ETF de cobre vs futuros: ¿cómo deben invertir los inversores?
Las empresas mineras de cobre (como Freeport-McMoRan, Southern Copper) tienen una correlación de aproximadamente el 80% con el precio del cobre. La ventaja es que pagan dividendos, recompran acciones y se benefician de la innovación y el control de costos. La desventaja es que pueden fluctuar por factores no relacionados con el precio, como huelgas, aumentos fiscales o fallos técnicos.
Los ETF de cobre (hay 7 opciones en el mercado) siguen más de cerca el precio spot y no tienen el riesgo operativo de una sola empresa. Pero tienen una tasa anual de aproximadamente el 1% y no distribuyen dividendos. Para inversores que buscan una exposición estable y de seguimiento, son una buena opción intermedia.
Los futuros de cobre tienen un tamaño de contrato de $9600, lo cual puede ser demasiado pesado para los pequeños inversores. Además, los futuros llevan apalancamiento, lo que implica un riesgo muy alto, y solo son recomendables para cubrir posiciones existentes, no para hacer compras directas por parte de inversores minoristas.
En general, la recomendación de acciones de cobre es la más alta: ofrecen potencial de subida de precios y la posibilidad de beneficiarse del valor empresarial adicional.
Manual de inversión
Los inversores a largo plazo deberían buscar empresas con fundamentos sólidos, buena gestión de costos y carteras diversificadas. Pero hay que entender que: el cobre es un activo cíclico, no una acción de crecimiento. En épocas de recesión (como en 2008, 2020 con la pandemia, o en 2022 con el conflicto en Ucrania), las acciones de cobre caerán junto con el mercado.
Recomendaciones:
Los traders a corto plazo necesitan habilidades avanzadas de análisis técnico. La estrategia principal es seguir los datos de inventarios en la LME y las señales de crecimiento global, operando en la tendencia. La relación entre Freeport-McMoRan y el precio del cobre es la más alta, por lo que es la opción preferida para operaciones cortas.
Principio clave: las ganancias esperadas deben ser iguales o mayores que el stop-loss, y la tasa de éxito debe ser superior al 50%. Esto requiere un monitoreo constante del mercado.
Apoyo macroeconómico: ¿por qué el cobre será fuerte en 2024-2025?
El mundo está dejando atrás la era de altas tasas y bajo crecimiento. La probabilidad de que EE. UU. evite una recesión es alta, Europa, aunque con crecimiento débil, no colapsará, y China, con apoyo de políticas, mantiene un crecimiento del 4%-5%.
El ciclo de reducción de tasas generalmente impulsa un rebote en los commodities. Sumado a que los inventarios están en mínimos, la demanda acelerada de energías renovables y la dificultad de ampliar rápidamente la oferta minera, la probabilidad de que el precio del cobre suba a la banda de $9500-10500 (actualmente con un potencial de subida del 24%) es bastante alta.
Por supuesto, existen riesgos: shocks inflacionarios imprevistos, escaladas en conflictos geopolíticos u otros eventos tipo “cisne negro” que puedan alterar el ritmo. Pero, en base a los fundamentos actuales, estos riesgos son relativamente controlables.
Lista de acciones
Al seleccionar acciones, usa herramientas de análisis fundamental (los datos gratuitos de Macrotrends son útiles), enfocándote en la curva de costos, la calidad de las reservas y la diversificación. También revisa los últimos anuncios en las páginas de relaciones con inversores de las empresas.
En gestión de cartera, establece niveles claros de stop-loss y evita confiar en la suerte. Revisa periódicamente los datos macroeconómicos globales y los inventarios de la LME para ajustar tus posiciones.
En el escenario actual, la recomendación de acciones de cobre no solo se basa en la oportunidad de rebote a corto plazo, sino también en la importancia estratégica del cobre en la era de las energías renovables en la próxima década. Pero siempre con una gestión de riesgos adecuada, evitando una concentración excesiva, para que esta oportunidad cíclica se convierta en una fuente de beneficios sostenibles.