Nuestra forma pasada de entender la cadena de bloques tenía un problema común: dependíamos demasiado de las personas. Carteras, transacciones, asunción de riesgos, incluso estrategias automatizadas, en esencia, siempre estaban dirigidas por humanos, con las máquinas haciendo el trabajo auxiliar. La gente autoriza, las máquinas corren, y ya está.
Pero la IA está cambiando las reglas del juego.
El punto de inflexión clave no está en que "la IA pueda calcular con mayor precisión", sino en una cuestión más fundamental: cuando la IA empieza a actuar por sí misma, a moverse constantemente, ¿puede esta infraestructura básica en la cadena soportarlo?
De "herramienta" a "ejecutor", la IA ha completado una actualización de identidad. La IA anterior era como un asistente avanzado: sugerencias, señales, propuestas, y al final, la confirmación humana. Ahora, todo se ha invertido. Los Agentes de IA ya pueden ejecutar estrategias automáticamente, ajustar contratos por sí mismos, y operar 24/7 sin interrupciones. Una vez que el control de la ejecución se aleja del humano, los problemas aparecen.
¿Con qué identidad en la cadena usa la IA? ¿Cómo se gestionan las liquidaciones de transacciones? ¿Cómo se distribuyen los permisos? ¿Cómo colaboran varias IA a largo plazo? Estas ya no son solo cuestiones de experiencia del usuario, sino problemas fundamentales para el funcionamiento normal.
Este es precisamente el contexto en el que surge KITE. No ha creado una aplicación de IA específica, sino que ha entrado directamente en la capa base: crear una cadena pública que permita la participación económica nativa de la IA. En KITE, la IA no es solo lógica de código, sino un participante claro, con identidad en la cadena y derechos económicos. Esta idea toca un punto clave en la actualización del ecosistema.
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MysteryBoxOpener
· hace15h
Espera, ¿la IA se activa por sí misma sin necesidad de confirmación humana? Entonces, ¿quién asumirá la culpa?
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RektDetective
· hace15h
Que la IA se aparte del control humano, no hay duda, realmente es un punto crítico
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SmartContractRebel
· hace15h
Una vez que se cede el derecho de ejecución, realmente nos convertimos en herramientas de la IA
Nuestra forma pasada de entender la cadena de bloques tenía un problema común: dependíamos demasiado de las personas. Carteras, transacciones, asunción de riesgos, incluso estrategias automatizadas, en esencia, siempre estaban dirigidas por humanos, con las máquinas haciendo el trabajo auxiliar. La gente autoriza, las máquinas corren, y ya está.
Pero la IA está cambiando las reglas del juego.
El punto de inflexión clave no está en que "la IA pueda calcular con mayor precisión", sino en una cuestión más fundamental: cuando la IA empieza a actuar por sí misma, a moverse constantemente, ¿puede esta infraestructura básica en la cadena soportarlo?
De "herramienta" a "ejecutor", la IA ha completado una actualización de identidad. La IA anterior era como un asistente avanzado: sugerencias, señales, propuestas, y al final, la confirmación humana. Ahora, todo se ha invertido. Los Agentes de IA ya pueden ejecutar estrategias automáticamente, ajustar contratos por sí mismos, y operar 24/7 sin interrupciones. Una vez que el control de la ejecución se aleja del humano, los problemas aparecen.
¿Con qué identidad en la cadena usa la IA? ¿Cómo se gestionan las liquidaciones de transacciones? ¿Cómo se distribuyen los permisos? ¿Cómo colaboran varias IA a largo plazo? Estas ya no son solo cuestiones de experiencia del usuario, sino problemas fundamentales para el funcionamiento normal.
Este es precisamente el contexto en el que surge KITE. No ha creado una aplicación de IA específica, sino que ha entrado directamente en la capa base: crear una cadena pública que permita la participación económica nativa de la IA. En KITE, la IA no es solo lógica de código, sino un participante claro, con identidad en la cadena y derechos económicos. Esta idea toca un punto clave en la actualización del ecosistema.