¿A qué se debe la debilidad del dólar australiano en los últimos diez años? Tres factores que determinarán si la reversión futura puede hacerse realidad
El AUD/USD es uno de los pares de divisas con mayor volumen de negociación a nivel mundial, con alta liquidez y spreads bajos, lo que atrae a numerosos operadores a corto plazo y a inversores a medio y largo plazo. Sin embargo, al observarlo en un marco temporal más amplio, el rendimiento del dólar australiano en los últimos diez años ha sido decepcionante: desde los niveles de 1.05 a principios de 2013, ha depreciado más del 35% para finales de 2023, mientras que el índice del dólar estadounidense subió un 28.35% en ese mismo período. ¿Qué secretos económicos se esconden tras esta tendencia?
¿Por qué el dólar australiano se está debilitando cada vez más?: la principal víctima del ciclo de dólar fuerte
El dólar australiano ha sido considerado durante mucho tiempo una moneda de alto rendimiento, pero en la última década ha sido incapaz de evitar la depreciación. La causa fundamental no es un factor único, sino una presión generalizada de un ciclo de dólar fuerte.
Desde el análisis fundamental, la economía de Australia depende en gran medida de las exportaciones de materias primas —hierro, carbón, energía—, lo que determina su carácter de “moneda de commodities”. Cuando la economía china se fortalece, el AUD se beneficia claramente; cuando la demanda global se debilita, el dólar australiano sufre en primera línea.
Desde la perspectiva de los diferenciales de interés, la brecha entre las tasas de interés del Banco de Reserva de Australia (RBA) y la Reserva Federal de EE. UU. se ha ido reduciendo continuamente. La postura hawkish del Banco Central de Australia en el pasado fue un soporte importante para la subida del AUD, pero con los cambios en el entorno de política monetaria global, esa ventaja se está desvaneciendo.
Además, no se puede ignorar el impacto de las políticas comerciales de EE. UU. en los mercados mundiales de materias primas. Bajo la presión arancelaria, la demanda global de commodities se ha debilitado, presionando a la baja los precios de las principales exportaciones australianas y arrastrando aún más el tipo de cambio del dólar australiano. Entre 2023 y 2024, el AUD ha estado en un rango alto de oscilación, sin poder avanzar claramente.
La recuperación no equivale a un cambio de tendencia: ¿por qué el AUD no logra subir de forma sostenida?
Para 2025, el AUD/USD ha subido aproximadamente un 5-7%, llegando en ocasiones a 0.6636, lo que parecía indicar un cambio de tendencia. Sin embargo, esto más bien refleja una “subida y corrección” clásica, y no una consolidación de una tendencia real.
Cada vez que el AUD se acerca a sus máximos anteriores, se produce una oleada de ventas. Esto refleja que la confianza en el dólar australiano sigue siendo frágil. Los principales obstáculos son:
Primero, la estructura problemática de la demanda de commodities. La recuperación económica de China no tiene suficiente impulso, lo que limita el efecto en minerales como el hierro. Aunque en el corto plazo los precios de los commodities puedan rebotar, si no hay una demanda real que los respalde, el AUD tendrá dificultades para mantener su tendencia alcista.
Segundo, la brecha de interés entre EE. UU. y Australia sigue siendo difícil de revertir. Aunque un ciclo de bajada de tasas en EE. UU. favorece al AUD, la estructura de tasas entre ambos países sigue siendo desfavorable para la moneda australiana a largo plazo.
Tercero, el crecimiento económico interno de Australia enfrenta obstáculos. Desde la perspectiva de asignación de activos, la inversión en Australia es relativamente baja, lo que limita el flujo de capital que respalde al AUD.
Tres indicadores clave para determinar la dirección del AUD
Para captar los cambios de tendencia a medio y largo plazo del dólar australiano, los inversores deben centrarse en tres dimensiones:
1. La política monetaria del RBA y la recuperación del diferencial de interés
La tasa de interés en efectivo del RBA ronda el 3.60%. El mercado ya anticipa posibles subidas en 2026, con una proyección de que la tasa máxima pueda llegar al 3.85%. Si la inflación persiste y el mercado laboral se mantiene sólido, la postura hawkish del RBA ayudará a reconstruir la ventaja del diferencial de interés; en caso contrario, si las subidas de tasas no se materializan, el soporte para el AUD se verá claramente reducido.
2. La resonancia entre la economía china y el ciclo de commodities
La estructura de exportación de Australia está muy concentrada en minerales y energía, por lo que el AUD, como moneda de commodities, tiene a China como su variable clave. Cuando la actividad de infraestructura y manufactura en China se recupera, los precios del hierro tienden a subir, reflejándose rápidamente en el AUD; si la recuperación china es débil, incluso si los precios de los commodities rebotan en el corto plazo, el AUD puede caer en un ciclo de “subida y corrección”.
3. El ciclo del dólar y el sentimiento de riesgo global
La política de la Reserva Federal sigue siendo un factor central en los mercados de divisas. En un entorno de bajada de tasas, la debilidad del dólar suele favorecer a monedas de riesgo como el AUD; pero si aumenta la aversión al riesgo y se produce una fuga hacia activos en dólares, el AUD, aunque los fundamentos no empeoren, se verá presionado. La volatilidad reciente en los precios de la energía y la demanda global débil no son alentadoras, y los inversores prefieren activos refugio en lugar de monedas cíclicas.
2026 y más allá: opiniones divergentes sobre la tendencia del AUD
Las principales instituciones del mercado tienen visiones muy distintas sobre el futuro del dólar australiano.
Morgan Stanley es relativamente optimista, proyectando que para finales de 2025 el AUD/USD podría subir a 0.72, asumiendo que el RBA mantenga una postura hawkish y los precios de las commodities sigan en alza.
El modelo estadístico de Traders Union estima un promedio de aproximadamente 0.6875 para finales de 2026 (rango 0.6738-0.7012), y un aumento a 0.725 para finales de 2027, destacando la fortaleza del mercado laboral australiano y la recuperación de la demanda de commodities.
UBS es más conservador, señalando que la incertidumbre en el comercio global y los cambios en la política de la Fed podrían limitar la subida del AUD, manteniendo el tipo de cambio en torno a 0.68 a finales de año.
Los economistas del CBA ofrecen una visión más cautelosa, sugiriendo que la recuperación del AUD podría ser solo temporal, con un pico en marzo de 2026 y una posible caída hacia fin de año.
Algunos analistas de Wall Street advierten que si EE. UU. evita una recesión pero el dólar se mantiene muy fuerte (por el diferencial de tasas), el AUD tendrá dificultades para superar los 0.67.
Opinión del mercado: la trayectoria del AUD sigue siendo incierta
En conjunto, es probable que en la primera mitad de 2026 el AUD oscile entre 0.68 y 0.70, influenciado por datos económicos de China y el informe de empleo no agrícola de EE. UU. El AUD no caerá drásticamente, dado que los fundamentos australianos son relativamente sólidos y la postura del RBA es relativamente hawkish; pero tampoco se espera una subida clara, ya que las ventajas estructurales del dólar siguen presentes.
Las presiones a corto plazo provienen principalmente de los datos económicos chinos, mientras que las perspectivas alcistas a largo plazo dependen de una posible recuperación en las exportaciones de recursos australianos y en el ciclo de commodities. Para que el AUD pueda salir de una tendencia alcista sostenida a medio y largo plazo, deben cumplirse simultáneamente tres condiciones: que el RBA vuelva a adoptar una postura hawkish, que la demanda china mejore sustancialmente y que el dólar entre en una fase de debilitamiento estructural. Si solo se cumple una de ellas, el AUD probablemente se mantendrá en rango, sin una tendencia alcista clara.
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¿A qué se debe la debilidad del dólar australiano en los últimos diez años? Tres factores que determinarán si la reversión futura puede hacerse realidad
El AUD/USD es uno de los pares de divisas con mayor volumen de negociación a nivel mundial, con alta liquidez y spreads bajos, lo que atrae a numerosos operadores a corto plazo y a inversores a medio y largo plazo. Sin embargo, al observarlo en un marco temporal más amplio, el rendimiento del dólar australiano en los últimos diez años ha sido decepcionante: desde los niveles de 1.05 a principios de 2013, ha depreciado más del 35% para finales de 2023, mientras que el índice del dólar estadounidense subió un 28.35% en ese mismo período. ¿Qué secretos económicos se esconden tras esta tendencia?
¿Por qué el dólar australiano se está debilitando cada vez más?: la principal víctima del ciclo de dólar fuerte
El dólar australiano ha sido considerado durante mucho tiempo una moneda de alto rendimiento, pero en la última década ha sido incapaz de evitar la depreciación. La causa fundamental no es un factor único, sino una presión generalizada de un ciclo de dólar fuerte.
Desde el análisis fundamental, la economía de Australia depende en gran medida de las exportaciones de materias primas —hierro, carbón, energía—, lo que determina su carácter de “moneda de commodities”. Cuando la economía china se fortalece, el AUD se beneficia claramente; cuando la demanda global se debilita, el dólar australiano sufre en primera línea.
Desde la perspectiva de los diferenciales de interés, la brecha entre las tasas de interés del Banco de Reserva de Australia (RBA) y la Reserva Federal de EE. UU. se ha ido reduciendo continuamente. La postura hawkish del Banco Central de Australia en el pasado fue un soporte importante para la subida del AUD, pero con los cambios en el entorno de política monetaria global, esa ventaja se está desvaneciendo.
Además, no se puede ignorar el impacto de las políticas comerciales de EE. UU. en los mercados mundiales de materias primas. Bajo la presión arancelaria, la demanda global de commodities se ha debilitado, presionando a la baja los precios de las principales exportaciones australianas y arrastrando aún más el tipo de cambio del dólar australiano. Entre 2023 y 2024, el AUD ha estado en un rango alto de oscilación, sin poder avanzar claramente.
La recuperación no equivale a un cambio de tendencia: ¿por qué el AUD no logra subir de forma sostenida?
Para 2025, el AUD/USD ha subido aproximadamente un 5-7%, llegando en ocasiones a 0.6636, lo que parecía indicar un cambio de tendencia. Sin embargo, esto más bien refleja una “subida y corrección” clásica, y no una consolidación de una tendencia real.
Cada vez que el AUD se acerca a sus máximos anteriores, se produce una oleada de ventas. Esto refleja que la confianza en el dólar australiano sigue siendo frágil. Los principales obstáculos son:
Primero, la estructura problemática de la demanda de commodities. La recuperación económica de China no tiene suficiente impulso, lo que limita el efecto en minerales como el hierro. Aunque en el corto plazo los precios de los commodities puedan rebotar, si no hay una demanda real que los respalde, el AUD tendrá dificultades para mantener su tendencia alcista.
Segundo, la brecha de interés entre EE. UU. y Australia sigue siendo difícil de revertir. Aunque un ciclo de bajada de tasas en EE. UU. favorece al AUD, la estructura de tasas entre ambos países sigue siendo desfavorable para la moneda australiana a largo plazo.
Tercero, el crecimiento económico interno de Australia enfrenta obstáculos. Desde la perspectiva de asignación de activos, la inversión en Australia es relativamente baja, lo que limita el flujo de capital que respalde al AUD.
Tres indicadores clave para determinar la dirección del AUD
Para captar los cambios de tendencia a medio y largo plazo del dólar australiano, los inversores deben centrarse en tres dimensiones:
1. La política monetaria del RBA y la recuperación del diferencial de interés
La tasa de interés en efectivo del RBA ronda el 3.60%. El mercado ya anticipa posibles subidas en 2026, con una proyección de que la tasa máxima pueda llegar al 3.85%. Si la inflación persiste y el mercado laboral se mantiene sólido, la postura hawkish del RBA ayudará a reconstruir la ventaja del diferencial de interés; en caso contrario, si las subidas de tasas no se materializan, el soporte para el AUD se verá claramente reducido.
2. La resonancia entre la economía china y el ciclo de commodities
La estructura de exportación de Australia está muy concentrada en minerales y energía, por lo que el AUD, como moneda de commodities, tiene a China como su variable clave. Cuando la actividad de infraestructura y manufactura en China se recupera, los precios del hierro tienden a subir, reflejándose rápidamente en el AUD; si la recuperación china es débil, incluso si los precios de los commodities rebotan en el corto plazo, el AUD puede caer en un ciclo de “subida y corrección”.
3. El ciclo del dólar y el sentimiento de riesgo global
La política de la Reserva Federal sigue siendo un factor central en los mercados de divisas. En un entorno de bajada de tasas, la debilidad del dólar suele favorecer a monedas de riesgo como el AUD; pero si aumenta la aversión al riesgo y se produce una fuga hacia activos en dólares, el AUD, aunque los fundamentos no empeoren, se verá presionado. La volatilidad reciente en los precios de la energía y la demanda global débil no son alentadoras, y los inversores prefieren activos refugio en lugar de monedas cíclicas.
2026 y más allá: opiniones divergentes sobre la tendencia del AUD
Las principales instituciones del mercado tienen visiones muy distintas sobre el futuro del dólar australiano.
Morgan Stanley es relativamente optimista, proyectando que para finales de 2025 el AUD/USD podría subir a 0.72, asumiendo que el RBA mantenga una postura hawkish y los precios de las commodities sigan en alza.
El modelo estadístico de Traders Union estima un promedio de aproximadamente 0.6875 para finales de 2026 (rango 0.6738-0.7012), y un aumento a 0.725 para finales de 2027, destacando la fortaleza del mercado laboral australiano y la recuperación de la demanda de commodities.
UBS es más conservador, señalando que la incertidumbre en el comercio global y los cambios en la política de la Fed podrían limitar la subida del AUD, manteniendo el tipo de cambio en torno a 0.68 a finales de año.
Los economistas del CBA ofrecen una visión más cautelosa, sugiriendo que la recuperación del AUD podría ser solo temporal, con un pico en marzo de 2026 y una posible caída hacia fin de año.
Algunos analistas de Wall Street advierten que si EE. UU. evita una recesión pero el dólar se mantiene muy fuerte (por el diferencial de tasas), el AUD tendrá dificultades para superar los 0.67.
Opinión del mercado: la trayectoria del AUD sigue siendo incierta
En conjunto, es probable que en la primera mitad de 2026 el AUD oscile entre 0.68 y 0.70, influenciado por datos económicos de China y el informe de empleo no agrícola de EE. UU. El AUD no caerá drásticamente, dado que los fundamentos australianos son relativamente sólidos y la postura del RBA es relativamente hawkish; pero tampoco se espera una subida clara, ya que las ventajas estructurales del dólar siguen presentes.
Las presiones a corto plazo provienen principalmente de los datos económicos chinos, mientras que las perspectivas alcistas a largo plazo dependen de una posible recuperación en las exportaciones de recursos australianos y en el ciclo de commodities. Para que el AUD pueda salir de una tendencia alcista sostenida a medio y largo plazo, deben cumplirse simultáneamente tres condiciones: que el RBA vuelva a adoptar una postura hawkish, que la demanda china mejore sustancialmente y que el dólar entre en una fase de debilitamiento estructural. Si solo se cumple una de ellas, el AUD probablemente se mantendrá en rango, sin una tendencia alcista clara.