#美联储利率政策 Al ver las operaciones de la Reserva Federal, lo que me vino a la mente fueron esos momentos clave de 2008 y 2020. Una bajada de 25 puntos básicos en los tipos no es ninguna noticia, pero esa "QE invisible" —el plan de compras de gestión de reservas, con una escala inicial de 400 mil millones y que continuará hasta abril de 2026— es realmente la señal.
La historia nos muestra que cuando los bancos centrales cambian de reducir su balance a inyectar liquidez neta, suele ser un presagio de que el mercado está tocando fondo. He pasado por varias fases de ciclo, y siempre sigue la misma lógica: el entorno político pasa de restrictivo a moderado, las expectativas de liquidez mejoran y los activos de riesgo empiezan a recuperarse lentamente. Esta vez no es diferente.
Los datos son aún más interesantes. La entrada neta durante tres semanas consecutivas, especialmente los 7.96 mil millones en EE. UU. en una sola semana, indican que la mentalidad de los inversores institucionales está cambiando. Aunque Bitcoin solo recibió 277 millones (menos que los 410 millones del año pasado), las posiciones cortas han salido durante dos semanas consecutivas, lo cual es una señal muy sutil —los bajistas están admitiendo la derrota. El rendimiento de Ethereum es aún más destacado, con un aumento del 148% en entradas, lo que en mi opinión refleja una reevaluación del mercado sobre la capa de infraestructura.
Pero debo ser honesto: tras la bajada de tipos, el mercado ha mostrado un rendimiento débil, y ya hemos visto este patrón antes. A finales de 2021 y a mediados de 2022, hubo fenómenos similares: "política favorable, precios débiles". Esto no es algo malo; de hecho, podría significar que esta recuperación se basa en fundamentos más sólidos, en lugar de ser solo un juego de liquidez.
Lo más importante sigue siendo la sostenibilidad de la política. Si la Reserva Federal realmente puede reducir los tipos en otros 50 puntos básicos en los primeros 9 meses de 2026, eso constituiría un ciclo de soporte bastante claro. Pero todo depende de que no haya un nuevo shock inflacionario que rompa ese ritmo. En la historia, muchos de estos pronósticos de política se han frustrado en la práctica.
La situación actual es muy delicada: no es una alegría por haber tocado fondo, sino una cautelosa optimismo por la confirmación progresiva de que estamos en el fondo.
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#美联储利率政策 Al ver las operaciones de la Reserva Federal, lo que me vino a la mente fueron esos momentos clave de 2008 y 2020. Una bajada de 25 puntos básicos en los tipos no es ninguna noticia, pero esa "QE invisible" —el plan de compras de gestión de reservas, con una escala inicial de 400 mil millones y que continuará hasta abril de 2026— es realmente la señal.
La historia nos muestra que cuando los bancos centrales cambian de reducir su balance a inyectar liquidez neta, suele ser un presagio de que el mercado está tocando fondo. He pasado por varias fases de ciclo, y siempre sigue la misma lógica: el entorno político pasa de restrictivo a moderado, las expectativas de liquidez mejoran y los activos de riesgo empiezan a recuperarse lentamente. Esta vez no es diferente.
Los datos son aún más interesantes. La entrada neta durante tres semanas consecutivas, especialmente los 7.96 mil millones en EE. UU. en una sola semana, indican que la mentalidad de los inversores institucionales está cambiando. Aunque Bitcoin solo recibió 277 millones (menos que los 410 millones del año pasado), las posiciones cortas han salido durante dos semanas consecutivas, lo cual es una señal muy sutil —los bajistas están admitiendo la derrota. El rendimiento de Ethereum es aún más destacado, con un aumento del 148% en entradas, lo que en mi opinión refleja una reevaluación del mercado sobre la capa de infraestructura.
Pero debo ser honesto: tras la bajada de tipos, el mercado ha mostrado un rendimiento débil, y ya hemos visto este patrón antes. A finales de 2021 y a mediados de 2022, hubo fenómenos similares: "política favorable, precios débiles". Esto no es algo malo; de hecho, podría significar que esta recuperación se basa en fundamentos más sólidos, en lugar de ser solo un juego de liquidez.
Lo más importante sigue siendo la sostenibilidad de la política. Si la Reserva Federal realmente puede reducir los tipos en otros 50 puntos básicos en los primeros 9 meses de 2026, eso constituiría un ciclo de soporte bastante claro. Pero todo depende de que no haya un nuevo shock inflacionario que rompa ese ritmo. En la historia, muchos de estos pronósticos de política se han frustrado en la práctica.
La situación actual es muy delicada: no es una alegría por haber tocado fondo, sino una cautelosa optimismo por la confirmación progresiva de que estamos en el fondo.