Té, que recoge la humedad de las montañas y ríos, que se baña en la esencia de la lluvia y el rocío, es un producto de la naturaleza que concentra la energía espiritual del cielo y la tierra; Zen, que es libre y sigue el destino, no reside en las palabras, sino en la impresión en el corazón, en comprender la verdadera naturaleza de la vida, y en la vía única que revela los misterios del cielo y la tierra. Los antiguos y modernos maestros Zen han entendido el camino a través del té y lo han transmitido con el té, un solo té, una sola meditación Zen, cultivando el corazón interior.
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