Hace diez años, el capital de riesgo y el capital privado aún no eran conceptos tan conocidos, y las empresas que querían crecer generalmente solo tenían un camino: salir a bolsa. Con el tiempo, ¿sigue siendo esta la mejor opción?
En aquella época, la IPO era sinónimo de éxito. El monto de financiación, el ciclo de financiación y el reconocimiento del mercado parecían resolverse en conjunto con la salida a bolsa. Pero ahora la situación ha cambiado. La participación de capital de VC y PE ha reescrito las reglas del juego, y cada vez más emprendedores descubren que, con más canales de financiación, salir a bolsa ya no es una urgencia.
Pero, dicho esto, las ventajas de salir a bolsa tampoco han desaparecido. La escala de financiación directa, la prima de marca, la facilidad para motivar a los empleados: estas cosas siguen siendo únicas. La cuestión es si vale la pena recorrer este camino, dependiendo de la naturaleza y la etapa de tu negocio. Algunas empresas realmente deberían hacer IPO, mientras que otras quizás encuentren formas más flexibles de sobrevivir en la fase de capital privado.
Por lo tanto, la respuesta no es tan simple. Pero lo que sí es seguro es que las opciones de elección han aumentado en comparación con hace diez años.
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Hace diez años, el capital de riesgo y el capital privado aún no eran conceptos tan conocidos, y las empresas que querían crecer generalmente solo tenían un camino: salir a bolsa. Con el tiempo, ¿sigue siendo esta la mejor opción?
En aquella época, la IPO era sinónimo de éxito. El monto de financiación, el ciclo de financiación y el reconocimiento del mercado parecían resolverse en conjunto con la salida a bolsa. Pero ahora la situación ha cambiado. La participación de capital de VC y PE ha reescrito las reglas del juego, y cada vez más emprendedores descubren que, con más canales de financiación, salir a bolsa ya no es una urgencia.
Pero, dicho esto, las ventajas de salir a bolsa tampoco han desaparecido. La escala de financiación directa, la prima de marca, la facilidad para motivar a los empleados: estas cosas siguen siendo únicas. La cuestión es si vale la pena recorrer este camino, dependiendo de la naturaleza y la etapa de tu negocio. Algunas empresas realmente deberían hacer IPO, mientras que otras quizás encuentren formas más flexibles de sobrevivir en la fase de capital privado.
Por lo tanto, la respuesta no es tan simple. Pero lo que sí es seguro es que las opciones de elección han aumentado en comparación con hace diez años.