¿China prohíbe las stablecoins? La explicación de Wang Yongli podría no ser suficiente

Autor: Zhang Feng

Recientemente, el debate sobre la regulación y la vía de desarrollo de las stablecoins se ha intensificado en los sectores industriales, políticos y académicos de China. Wang Yongli, exvicepresidente del Banco de China, declaró públicamente que China debe estar alerta ante los riesgos de las stablecoins, subrayando que “no es apropiado desarrollar enérgicamente stablecoins vinculadas a monedas de curso legal”, lo que ha suscitado la atención del sector.

En el contexto actual, donde la competencia global en monedas digitales se está acelerando, entender las stablecoins solo desde la perspectiva de la gestión de riesgos podría hacer que perdamos una ventana estratégica clave. A la luz de la reciente reunión de coordinación sobre monedas virtuales de trece ministerios y del marco lógico de las políticas relacionadas, la reflexión de China sobre las stablecoins puede requerir una visión más integral, flexible y con mayor proyección de futuro.

I. Espacio para el desarrollo de stablecoins no vinculadas al dólar: la clave está en el ecosistema, China aún tiene ventajas

Wang Yongli opina que el mercado de las stablecoins ya está dominado por las vinculadas al dólar, y que el espacio para desarrollar stablecoins no vinculadas al dólar es limitado. Sin embargo, este juicio ignora el “atributo ecológico” de las stablecoins. El valor de una stablecoin no solo radica en la estabilidad de su vinculación a una moneda fiduciaria, sino también en los escenarios de pago, la infraestructura financiera y el ecosistema comercial en el que se apoya.

China cuenta con la cadena de suministro manufacturera más completa del mundo, la mayor red de comercio electrónico y una tasa de penetración de pagos móviles líder. En ámbitos como la liquidación de comercio transfronterizo, las finanzas de la cadena de suministro y los pagos de comercio electrónico transfronterizo, si se establece una stablecoin respaldada por el RMB y basada en el ecosistema comercial chino, es totalmente posible abrir una nueva vía diferenciada del sistema basado en el dólar. Especialmente a lo largo de la “Franja y la Ruta” y en la región del Acuerdo de Asociación Económica Integral Regional (RCEP), el comercio físico tiene una fuerte demanda de herramientas de pago digital eficientes y de bajo coste, lo que proporciona terreno fértil para una stablecoin en RMB.

Más que “no hay mucho espacio”, la clave está en convertir la ventaja de la red de economía real de China en una ventaja en el ecosistema de monedas digitales. Abandonar la exploración solo porque las stablecoins en dólares lideran actualmente el mercado es, en esencia, ceder la posible capacidad de establecer futuras reglas financieras digitales.

II. Legislación estadounidense sobre stablecoins: muchos problemas, pero la competencia ya está en el extranjero

Wang Yongli considera que la legislación estadounidense sobre stablecoins todavía enfrenta muchos problemas y desafíos. Ciertamente, Estados Unidos está a la vanguardia en materia legislativa sobre stablecoins, y los marcos regulatorios tanto estatales como federales están en proceso de exploración y definición; su proceso legislativo también ha revelado numerosos problemas, como la dispersión de competencias reguladoras, altos costes de cumplimiento, conflictos con el sistema bancario existente y el equilibrio aún no resuelto entre protección al consumidor y riesgos sistémicos.

Observar primero y dejar que Estados Unidos explore y aprenda de sus errores es, para China, una elección racional. Pero esto no significa que debamos limitarnos a observar pasivamente. La competencia por las stablecoins es esencialmente una competencia en mercados globales, y especialmente en mercados extranjeros y escenarios offshore, la aceptación de una stablecoin depende de su conveniencia, reputación y cooperación ecológica.

China puede, sin abrir su mercado interno, apoyar a instituciones chinas para que, cumpliendo con los marcos legales locales, emitan y apliquen stablecoins vinculadas al RMB u otras cestas de monedas en mercados extranjeros, compitiendo así con las stablecoins internacionales más importantes. Por ejemplo, en centros financieros como Hong Kong, Singapur y Oriente Medio, se puede impulsar la prueba piloto de stablecoins en RMB para su uso en financiación comercial y transacciones de activos, acumulando experiencia y una base de usuarios.

III. Riesgo de contragolpe legislativo: aplazamiento en el continente, avance en Hong Kong, una disposición flexible

Wang Yongli advierte que la legislación sobre stablecoins podría tener graves efectos contraproducentes. El subtexto sería que, si China legisla sobre stablecoins, podría fomentar su expansión desordenada, e incluso impactar el sistema monetario existente. Aunque esta preocupación tiene cierta lógica, evitar completamente la regulación y la innovación no es la mejor solución.

La elección estratégica de China ya muestra flexibilidad: el continente mantiene una postura prudente respecto a las stablecoins privadas y aún no ha abierto estos negocios, mientras que Hong Kong impulsa activamente el marco regulatorio para la emisión de stablecoins, intentando lanzar una “stablecoin en HKD” y explorando el comercio de activos digitales. Esta disposición diferenciada bajo “un país, dos sistemas” constituye precisamente un campo de pruebas flexible.

Como centro financiero internacional con un sólido estado de derecho y libre flujo de capitales, Hong Kong puede servir como sandbox regulatorio para las stablecoins, acumulando experiencia regulatoria y controlando el riesgo de contagio al continente. Si el experimento tiene éxito, servirá de referencia para el continente; si surgen grandes riesgos, no afectará la estabilidad financiera de China continental. Por tanto, la preocupación de un “contragolpe legislativo” puede subestimar la flexibilidad y la capacidad de gestión de riesgos de China en materia de diseño institucional.

IV. ¿Seguir o no? Las stablecoins no pertenecen a ningún país, el ecosistema decide la pertenencia

La opinión de Wang Yongli de que “China no debe seguir el camino estadounidense de las stablecoins” implica el supuesto de que las stablecoins tienen un marcado carácter estadounidense. Sin embargo, como herramienta financiera impulsada por la tecnología, el atributo de una stablecoin depende en gran medida del emisor, los escenarios de uso y la estructura de gobernanza.

Incluso una stablecoin en dólares, si es emitida por una entidad no estadounidense y forma un ecosistema en una región específica, su influencia y beneficios se redistribuirán. En otras palabras, “quien emite la stablecoin controla el ecosistema”. Por ejemplo, si una institución financiera asiática emite una stablecoin en dólares y se utiliza ampliamente en el comercio regional, esa stablecoin servirá más a la circulación económica regional que a reforzar la hegemonía monetaria estadounidense.

Para China, la clave no es “seguir” o “no seguir” el camino de otro país, sino si puede, según sus propias necesidades y etapa de desarrollo, crear productos y ecosistemas de stablecoins autónomos, controlables y conformes con las normas internacionales. Por ejemplo, el yuan digital (e-CNY), como moneda digital de curso legal, se centra en pagos minoristas internos y proyectos piloto transfronterizos; mientras que una stablecoin en RMB podría centrarse en mercados mayoristas transfronterizos, mercados offshore y escenarios comerciales específicos, siendo ambas complementarias y no sustitutivas. Por supuesto, el modelo concreto de desarrollo puede seguir debatiéndose.

V. ¿No actuar también tiene coste? Dejar espacio estratégico en la competencia global

En la era de la competencia global, el discurso financiero y el control de la infraestructura de pagos están estrechamente relacionados. Si China se ausenta por completo del campo de las stablecoins, que crece rápidamente, podrían producirse varios resultados:

Primero, el sistema de pagos transfronterizos dependería aún más de las stablecoins en dólares, profundizando la “dependencia de trayectoria” del RMB en el ámbito digital; segundo, se perdería la oportunidad de exportar estándares tecnológicos y reglas comerciales chinas a través del ecosistema de monedas digitales; tercero, China quedaría en una posición pasiva en la futura definición de las reglas globales de monedas digitales.

Por tanto, una estrategia más equilibrada es: dejar espacio de desarrollo tanto para el yuan digital, como para las stablecoins en dólares y en RMB. El yuan digital, como forma digital de la moneda oficial, debe avanzar de forma constante, especialmente acumulando experiencia en proyectos de cooperación internacional como “mBridge” de pagos transfronterizos. En cuanto a la stablecoin en RMB, se le puede permitir realizar pruebas piloto en mercados offshore y escenarios comerciales específicos bajo control de riesgos, cooperando con el yuan digital.

VI. ¿Parar o gestionar riesgos estratégicamente?

La advertencia del Sr. Wang Yongli sobre los riesgos de las stablecoins tiene un gran valor, especialmente en lo que respecta a la seguridad financiera y la soberanía monetaria. Sin embargo, en la competencia digital financiera que cambia vertiginosamente, centrarse solo en los riesgos y pasar por alto las oportunidades estratégicas puede hacer que China pierda la iniciativa en la próxima revolución de infraestructuras financieras.

La creación de un mecanismo de coordinación de trece ministerios para monedas virtuales demuestra que China intenta afrontar los retos y oportunidades de las monedas digitales de manera más sistemática y coordinada. El siguiente paso debería ser, sobre esta base, formular una estrategia de desarrollo de stablecoins más prospectiva:

Diferenciar claramente entre políticas nacionales y extranjeras, onshore y offshore: control estricto de stablecoins privadas en el interior, estímulo a la innovación regulada en el exterior.

Apoyar a Hong Kong para que se convierta en un centro internacional de innovación de activos digitales y stablecoins, reforzando la cooperación regulatoria y el intercambio de experiencias.

Animar a las empresas a realizar pruebas piloto de stablecoins en RMB en el extranjero basadas en escenarios de comercio real, construyendo gradualmente un ecosistema.

Reforzar la cooperación internacional, participando activamente en la elaboración de estándares regulatorios para stablecoins y promoviendo un sistema global de monedas digitales diversificado.

El tiempo fluye sin detenerse, como un río que nunca se detiene. Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río. Mientras prevenimos los riesgos, explorar el valor estratégico de las stablecoins con mayor sabiduría y valentía puede ser la clave para que China mantenga su competitividad en la era de las finanzas digitales. Las explicaciones de Wang Yongli son un recordatorio importante, pero la historia de China sobre las stablecoins probablemente necesite una narrativa mucho más amplia.

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