Solana reveló que su red ha estado bajo un ataque sostenido de denegación de servicio distribuido durante la última semana. La escala fue masiva. En su punto máximo, el tráfico alcanzó casi 6 terabits por segundo. Eso sitúa el incidente como el cuarto ataque DDoS más grande registrado en cualquier sistema distribuido. A pesar del tamaño, el resultado sorprendió a muchos.
La red de Solana siguió funcionando. Los bloques continuaron produciéndose. Las transacciones se confirmaron en menos de un segundo. Los tiempos de slot permanecieron estables. En resumen, los usuarios apenas lo notaron. El equipo afirmó que esto no es suerte. Está diseñado. Solana siempre ha tenido como objetivo mantenerse en línea incluso bajo estrés extremo. Esta semana se convirtió en una prueba de estrés en el mundo real, y la red la superó.
Sin tiempo de inactividad, sin ralentizaciones, sin drama
Durante la ventana del ataque, los datos en cadena mostraron actividad normal. Los validadores permanecieron en línea. Las aplicaciones siguieron funcionando. Los usuarios enviaron transacciones sin retrasos. Solana declaró claramente que el rendimiento de la red no se vio afectado. Eso importa porque los ataques DDoS generalmente buscan abrumar sistemas hasta que fallan. En este caso, los atacantes lanzaron todo lo que tenían, y nada se rompió.
Para contextar, solo unos pocos ataques en la historia han superado este nivel de tráfico. Google Cloud enfrentó un ataque de 46 Tbps en 2022. Los clientes de Cloudflare vieron ataques cercanos a 38 Tbps en 2024. La propia Solana manejó previamente un evento de 26 Tbps en 2023. Ahora, este último ataque de 6 Tbps añade otra entrada a esa lista corta y aterradora. Una vez más, Solana permaneció en línea.
Un contraste marcado con otras redes
El momento hizo que el contraste fuera aún más claro. Aproximadamente en el mismo período, la red Sui también enfrentó un ataque DDoS. Ese incidente causó retrasos en la producción de bloques y períodos de rendimiento degradado. Solana evitó por completo esos problemas. Las confirmaciones permanecieron rápidas. La latencia se mantuvo constante. Desde la perspectiva del usuario, fue un día más de trabajo.
Esta diferencia resalta cómo importa la arquitectura de la red. En particular, el diseño de Solana se centra en el procesamiento en paralelo, alto rendimiento y coordinación de validadores. Aunque esas elecciones pueden parecer abstractas en papel, en consecuencia, se vuelven muy reales bajo ataque. En momentos como este, la resiliencia importa más que el bombo. Las redes no reciben crédito por sobrevivir días tranquilos. Lo ganan cuando llega el caos.
Por qué este momento importa para la historia a largo plazo de Solana
La seguridad y el tiempo de actividad han sido puntos de discusión de largo recorrido en torno a Solana. Específicamente, los críticos suelen señalar cortes pasados, mientras que los partidarios argumentan que la red sigue mejorando. A la luz de esto, este evento aporta datos reales a ese debate. Manejar uno de los ataques DDoS más grandes jamás registrados sin interrupciones envía una señal fuerte. Además, muestra progreso, aprendizaje, y además demuestra que Solana puede operar bajo presión.
Para los desarrolladores, esto genera confianza. Para las instituciones, reduce preocupaciones de riesgo. También, para los usuarios, simplemente significa que las cosas funcionan cuando hacen clic en “enviar”. El equipo de Solana lo resumió mejor. Uno de los objetivos principales de la red es seguir en marcha, incluso cuando es atacada. Esta semana, ese objetivo no fue teórico. En cambio, fue probado en vivo, en cadena, y a plena escala. De hecho, en el mundo cripto, ese tipo de resiliencia no es solo algo bonito de tener; más bien, es todo.
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Solana resiste un ataque DDoS de 6 Tbps sin interrupciones en la red
Solana reveló que su red ha estado bajo un ataque sostenido de denegación de servicio distribuido durante la última semana. La escala fue masiva. En su punto máximo, el tráfico alcanzó casi 6 terabits por segundo. Eso sitúa el incidente como el cuarto ataque DDoS más grande registrado en cualquier sistema distribuido. A pesar del tamaño, el resultado sorprendió a muchos.
La red de Solana siguió funcionando. Los bloques continuaron produciéndose. Las transacciones se confirmaron en menos de un segundo. Los tiempos de slot permanecieron estables. En resumen, los usuarios apenas lo notaron. El equipo afirmó que esto no es suerte. Está diseñado. Solana siempre ha tenido como objetivo mantenerse en línea incluso bajo estrés extremo. Esta semana se convirtió en una prueba de estrés en el mundo real, y la red la superó.
Sin tiempo de inactividad, sin ralentizaciones, sin drama
Durante la ventana del ataque, los datos en cadena mostraron actividad normal. Los validadores permanecieron en línea. Las aplicaciones siguieron funcionando. Los usuarios enviaron transacciones sin retrasos. Solana declaró claramente que el rendimiento de la red no se vio afectado. Eso importa porque los ataques DDoS generalmente buscan abrumar sistemas hasta que fallan. En este caso, los atacantes lanzaron todo lo que tenían, y nada se rompió.
Para contextar, solo unos pocos ataques en la historia han superado este nivel de tráfico. Google Cloud enfrentó un ataque de 46 Tbps en 2022. Los clientes de Cloudflare vieron ataques cercanos a 38 Tbps en 2024. La propia Solana manejó previamente un evento de 26 Tbps en 2023. Ahora, este último ataque de 6 Tbps añade otra entrada a esa lista corta y aterradora. Una vez más, Solana permaneció en línea.
Un contraste marcado con otras redes
El momento hizo que el contraste fuera aún más claro. Aproximadamente en el mismo período, la red Sui también enfrentó un ataque DDoS. Ese incidente causó retrasos en la producción de bloques y períodos de rendimiento degradado. Solana evitó por completo esos problemas. Las confirmaciones permanecieron rápidas. La latencia se mantuvo constante. Desde la perspectiva del usuario, fue un día más de trabajo.
Esta diferencia resalta cómo importa la arquitectura de la red. En particular, el diseño de Solana se centra en el procesamiento en paralelo, alto rendimiento y coordinación de validadores. Aunque esas elecciones pueden parecer abstractas en papel, en consecuencia, se vuelven muy reales bajo ataque. En momentos como este, la resiliencia importa más que el bombo. Las redes no reciben crédito por sobrevivir días tranquilos. Lo ganan cuando llega el caos.
Por qué este momento importa para la historia a largo plazo de Solana
La seguridad y el tiempo de actividad han sido puntos de discusión de largo recorrido en torno a Solana. Específicamente, los críticos suelen señalar cortes pasados, mientras que los partidarios argumentan que la red sigue mejorando. A la luz de esto, este evento aporta datos reales a ese debate. Manejar uno de los ataques DDoS más grandes jamás registrados sin interrupciones envía una señal fuerte. Además, muestra progreso, aprendizaje, y además demuestra que Solana puede operar bajo presión.
Para los desarrolladores, esto genera confianza. Para las instituciones, reduce preocupaciones de riesgo. También, para los usuarios, simplemente significa que las cosas funcionan cuando hacen clic en “enviar”. El equipo de Solana lo resumió mejor. Uno de los objetivos principales de la red es seguir en marcha, incluso cuando es atacada. Esta semana, ese objetivo no fue teórico. En cambio, fue probado en vivo, en cadena, y a plena escala. De hecho, en el mundo cripto, ese tipo de resiliencia no es solo algo bonito de tener; más bien, es todo.